lunes, 14 de diciembre de 2009

Hagamos una oca

El primer juego de mesa que Juan conoció fue el de la Oca, y con ella aprendió a contar, primero lo hacìa con los puntos del dado, luego con los casilleros...fue su primer contacto con la idea de cantidad y los números.pero el juego se agotó y le comenzó a parecer aburrido y previsible, por lo que le propuse que construyamos una por lo que debíamos pensar en el protagonista y la meta que debía lograr...él propuso a un pollito y que su meta sería ser un pollo adulto, me causó mucha gracia y pude ver todo lo que ello implicaba para su cabecita que no paraba de proponer cientos de posibles obstáculos para pollito.Y nos pusimos manos a la obra sobre un afiche le tracé el caminos y los casilleros a los que él con un fibra fue colocando los números, luego con témpera los pintaba de colores...pasando uno o dos casilleros proponía un obstáculo.. el que más me divirtió fue el de "dejar el pañal" en el que perdía 2 vueltas porque se ponía a llorar, obviamente que se identificaba con el pollito, no faltaron las llamadas de teléfono que retrasaban su marcha, los autos o caballos que le ayudaban a adelantarse... fue muy gratificante... nos divertimos mucho más construyendala que juagandola, pero cuando venía una amiguito a casa la sacaba orgulloso y los invitaba a jugar.
Creo que estimular para crear es un estimulo que siempre debe estar presente y sobretodo los adultos debemos ser muy cautelos con las aprecisiones y nuestros juicios de valores para que no vayan a converirse en obstructores del enorme bagaje de creatividad que se ensconden en nuetros niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario