viernes, 4 de diciembre de 2009

Relajación y visualización para el terror nocturno.


Su edad lo predecía, el terror nocturno aparece con monstruos “apestosos y malolientes” como dice él, acompañado de los sucesivos llamados en mitad de la noche. Una de esas tantas noches y luego del ritual del cuento, me dice “tengo miedo, quedate un ratito más”. Mis deseos de que supere su miedo y el amor me advierten de opción: ayudarle a relajarse… y le digo “tengo una poción mágica para los miedos” y me contesta eufórico y ansioso “¡¿cual?!” – cerrá los ojitos y te voy a contar una historia…le aclaro que voy a ser como su voz interior; se dispone y se entrega… le ayudo con algunos masajes en su rostro y que vaya tomando conciencia de su respiración, de la posición de su cuerpo y comienzo una historia: “Imagino que estoy sentado en un hermoso lugar cerca de la montaña, rodeado de árboles enormes y muy verde que me llenan de alegría…y allí estoy sentado a la orilla del lago, puedo sentir que la brisa en mi cara y la arena fresca y respiro profundamente.. Estoy satisfecho. Miro un sendero de donde aparece un hombre vestido de blanco que trae una canasta amarilla en su mano, es un hombre con cara de bueno que se me acerca y me sonríe y me invita a poner en su canasta mis miedo…Miedos que llevo en los bolsillos de mi pantalón azul, que son como piedras pesada y que no me dejan estar tranquilo…saco de mis bolsillos cada una de las piedras, cada uno de mis miedo y los coloco en su canasta…me sonríe…. Se aleja uno pasos y toma las piedras que coloque en su canasta y las arroja al lago… y puedo ver como cada piedra, como cada miedo se transforman en peces de colores que nada felices en el agua, me da mucha gracia!!!.. Luego veo al señor bueno que se aleja por el mismo sendero y me saluda con una sonrisa… respiro profundo y siento que estoy más liviano, los miedos ya no están conmigo…siento que estoy preparado para poder dormir tranquilo y soñar con las cosas que más me gusta… los miedos quedaron en el lago y yo me siento muy tranquilo…”. Despacio lo invito que a vaya abriendo sus ojos… luego me dice ¡esta buena la historia!... Lo beso, se acomoda y se duerme.
Durante varias noches me pidió que repitamos la experiencia, luego le fuimos agregando música, sahumerios y algunos sonidos para comenzar y para terminar la historia. Ahora duerme sin problemas aunque nos mudamos y pensé que volvería a tener miedo. Solo algunas noches de esos días agitados o colmados de emociones fuertes para su pequeña personita me pide que repitamos “la relajación para los miedos”.

1 comentario:

  1. Encantadora historia! y una extraordinaria forma de dar nombre a lo que siente el pequeño, además de proporcionarle una manera amable y certera de enfrentarlo.
    La aplicarè con mi hijo pequeño de 10 años que de vez en vez presenta "terror a la oscuridad" como él lo define. Muchas gracias!

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